TESTIMONIOS

“Un grupo de alumnos organizó todo para una Fiesta electrónica en una quinta que alquilaban, habían vendido una cantidad muy importante de entradas a chicos de colegios y clubes de la zona, y de municipios limítrofes, y, en unas pocas horas apostaron todo el dinero en un juego y perdieron absolutamente todo.

Ello provocó tener que suspender el evento, esconderse de quienes habían comprado las entradas, y, empezar a recibir amenazas, querer venir al colegio a buscarlos, comunicarse padres de otras instituciones al nuestro para explicar lo que estaba sucediendo y que querían la devolución del dinero”

Directora de Nivel Secundario

“Comenzó siendo algo entretenido y una manera de ‘acompañar’ la pasión por el deporte desde lo económico y lo motivacional. Hace dos meses se me fue de las manos. Comencé a perder totalmente el control de todo y a arruinar mi vida y la de mi entorno sin pensar en absolutamente más nada que en una apuesta ‘combinada” 

Testimonio usuario de X

“A mí me llegó a los 13 años por suerte. Tucumán fue la primera provincia en autorizar las apuestas online (Goicochea era la cara visible). Mi abuelo me mandaba a jugar a la tombola y yo la poca plata que manejaba la gastaba en combinadas. No gané nunca por suerte y dejé.”

Testimonio usuario  de X

“Primero lo notaron los preceptores, que en la escuela secundaria son la primera ‘línea de choque’ frente a estos fenómenos. Los profesores no sabían qué estaban haciendo los alumnos varones con el celular, por qué se hablaba de dinero. Los preceptores indagaron y descubrieron que los chicos se pasaban todo el día apostando. Empezaron a surgir conflictos entre los estudiantes porque se prestaban dinero para seguir apostando. Algunos pierden la plata que les transfieren sus padres para pagar otras cosas”

Docente de Nivel Secundario. Córdoba.

“Vengo de una infancia muy linda, de una familia donde todo funcionaba normal, no pasaba nada raro. Toda la vida me gustaron los números. De chico puse un comercio, me empezó a ir muy bien y a manejar plata. Comenzó a atraerme todo tipo de apuestas y ahí entré en un camino donde siempre decía que lo podía manejar, cada vez las apuestas se hacían más grandes, cada vez le dedicaba más tiempo y me iba profesionalizando en las mentiras para seguir jugando. Llegué a perder las ganas de vivir, porque esta enfermedad te quita todo, no ves lo que tenés alrededor y lo único que querés es apostar. Jugué durante 25 años.”

Testimonio de un adicto en recuperación.

 RECTORADO
Mitre 1399, Adrogué

 SEDE SOMELLERA
Somellera 648, Adrogué

 SEDE ESTEBAN ECHEVERRÍA
Av. Enrique Santamarina 311, Monte Grande

 CAMPUS
Blas Parera 132, Burzaco

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